Hemos venido en nombre de millares de ciudadanos del mundo entero, para denunciar la falta de garantías procesales en el juicio, contra la expresidente Jeanine Áñez, detenida en el Penal de Miraflores, ciudad de La Paz, Bolivia, por tres motivos:
- Primero, para ocultar el monumental fraude electoral que perpetró Evo Morales en el año 2019, el cual fue puesto al descubierto por un grupo de observadores y expertos de la OEA y la Unión
- Segundo, para satisfacer la sed de venganza de Evo Morales, quien reconoció públicamente haber dirigido el linchamiento judicial en contra de Jeanine Áñez.
- Y tercero, para escarmentar a todo aquel que se atreva a luchar en contra del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, no solo en Bolivia, sino en el resto del
En Bolivia no hubo un golpe de Estado, sino una transición constitucional. Prueba de ello es que la presidenta Áñez asumió su mandato con los votos de los parlamentarios del MAS que permanecieron en la Asamblea Legislativa, y que no salieron huyendo del país, ni se escondieron en las embajadas.
De haber habido un golpe de Estado, no se hubiera mantenido el funcionamiento institucional de la Asamblea Legislativa Plurinacional, como Órgano Legislativo, del Tribunal Constitucional Plurinacional y los tribunales del Órgano Judicial, del Órgano Electoral, del Fiscal General del Estado, y tampoco se hubiera realizado elecciones libres en el año 2020, ni se hubiese entregado la Presidencia del Estado al actual presidente, Luis Arce Catacora. Todos estos actos, al igual que la sucesión presidencial, totalmente ajustados al cumplimiento de la Constitución boliviana.
Queremos destacar la intromisión política en un proceso judicial, gravísimo hecho que afecta la calidad institucional, la independencia de poderes y el respeto a los derechos humanos.
Este proceso judicial mancilla la democracia boliviana y convierte a Arce en cómplice de los dictadores Nicolás Maduro y Daniel Ortega responsables de violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.
Solicitamos respetuosamente al pueblo boliviano —y muy especialmente a los dirigentes opositores— la unión en las diferencias, la Justicia antes que los intereses personales, y el compromiso de no abandonar la causa de Jeanine Áñez y de los uniformados condenados, luchando por la vigencia de los derechos humanos puesto que mientras ellos estén encarcelados y cualquier inocente sea perseguido por defender el Estado de Derecho, la libertad de todos los bolivianos estará amenazada.
Desde aquí convocamos a todos los sectores democráticos del Hemisferio Occidental a luchar conjuntamente, con energía y determinación para que la libertad, la democracia y el estado de derecho imperen ante un proceso viciando de parcialidad.
La Paz, Bolivia, 21 de junio de 2022.