LA ELECCIÓN DE GUSTAVO PETRO COMO PRESIDENTE DE COLOMBIA DEBE ANULARSE
La suma de irregularidades y de delitos que han salido a la luz pública respecto a los comicios presidenciales colombianos de 2022 constituyen motivo suficiente para declararlos nulos.
El financiamiento ilegal proveniente del narcotráfico (denunciado por Day Vásquez), la interferencia indebida de los rusos en las redes sociales (revelada por Twitter), la guerra sucia contra sus adversarios (que se observa en los Petrovideos), y otras irregularidades que hoy son del conocimiento público, afectaron los resultados electorales de 2022.
Si a estos hechos se les añade las irregularidades que ya se sabían, es decir, la diferencia de un millón de votos entre el conteo rápido y el escrutinio en los comicios parlamentarios de marzo de 2022, la reunión de Petro con Indra en Madrid, el «Pacto de la Picota», las manifestaciones vandálicas de la Primera Línea, y la inaceptable parcialización a favor de Petro de los jurados de Fecode, se concluye que las elecciones presidenciales de 2022 no fueron limpias, ni libres, ni transparentes; por lo cual deberían ser anuladas y Petro destituido.
Pero aún si hubiese sido elegido legítimamente, Petro se ha venido deslegitimando en el ejercicio del poder, puesto que con sus medidas está favoreciendo al narcotráfico y al crimen organizado, y está destruyendo la economía colombiana. Por si fuera poco, la política exterior de Petro consiste en apoyar públicamente a dictadores, golpistas y corruptos, como lo son Nicolás Maduro, Pedro Castillo y Cristina Kirchner.
Habida cuenta de lo arriba expuesto, las instituciones colombianas deben tomar las medidas constitucionales pertinentes para desconocer el mandato de Gustavo Petro y lograr su pronta destitución.