El discurso de Petro revela al menos cinco factores que causarán un grave daño a Colombia:
- La oferta de perdón a los criminales, expresado como «beneficios jurídicos a cambio de la paz». Esto no es otra cosa que garantizarles la impunidad a los delincuentes. O dicho de otra forma, el pacto de La Picota.
- La legalización de las drogas, expresado en el discurso como «una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado». Esta es la cuota que Petro paga a las mafias del narcotráfico a cambio del apoyo recibido en la campaña electoral, una de las más largas y costosas de la historia de Colombia.
- Una reforma tributaria que, según dijo Petro, «genere justicia… (que lleve) una parte de la riqueza de las personas que más tienen y más ganan, para abrirle las puertas de la educación a toda la niñez y la juventud». El apoyo a la niñez es una excusa, para expoliar a los empresarios, con el fin de proporcionar recursos extra a Petro, con los cuales buscará comprar consciencias, mediante subsidios, tal como lo hizo Chávez en Venezuela.
- Referente al cambio de misión y posterior desmantelamiento de las Fuerzas Militares de Colombia, expresado así por el mandatario: «Ejército, sociedad y producción pueden unirse en una nueva ética social indestructible. Los helicópteros y los aviones, las fragatas, no solo sirven para bombardear o disparar, también sirven para crear la primera infraestructura de la salud preventiva del pueblo colombiano».
- Petro pretende hacer realidad lo planteado en la campaña electoral, referente a la destrucción de la industria petrolera. Esto es lo que significa la frase de Petro en su discurso «¿No es acaso hora de impulsar las empresas petroleras públicas y nuestras empresas de transmisión eléctrica a construir el instrumento empresarial y financiero latinoamericano que avoque las inversiones en la generación de las energías limpias?».
Si Petro quisiera en realidad mejorar la situación de los colombianos, no estaría planteando el perdón a los criminales, ni la legalización de las drogas, ni reformas tributarias, ni una nueva orientación a los militares, ni inversiones en energías alternativas. Estaría ofreciendo garantías a los empresarios, castigo a los criminales, fortalecimiento de las Fuerzas Militares y apoyo irrestricto a la industria petrolera.
El pueblo colombiano y sus instituciones democráticas deben mantenerse alerta, puesto que las medidas pronunciadas por Petro en su discurso contienen el germen de la destrucción de la economía y de las instituciones de la nación.
Madrid, 8 de agosto de 2022